Tratamiento terapéutico: La relación empática entre paciente-terapeuta
¿Alguna vez has sentido que necesitabas ir a terapia y finalmente no has ido por temor a ser juzgado?
Son varios los mitos que aún siguen persiguiendo a la disciplina de la psicología:
- “Para qué ir a terapia si ya tengo a mis amistades que me aconsejan”.
- “He ido una vez a terapia y no he sentido mejoría”.
- “No confío en la terapia, seguro que el terapeuta cuestiona negativamente todo lo que digo”.
Estas expresiones, entre otras, puede que las hayas escuchado en más de una ocasión. Por esta razón, es fundamental que cada vez exista una mayor concienciación de la enorme labor que la terapia y la relación paciente-terapeuta cumple en el predominio de una salud mental no solo estable, sino de calidad.
La relación paciente-terapeuta
La relación paciente-terapeuta es esencial para la terapia, una relación basada en la comprensión, el respeto, la confidencialidad y la confianza. En un ambiente seguro, armónico y de apoyo.
No se trata de una relación de amistad, sino de una relación profesional, donde el terapeuta fomenta un vínculo empático y de confianza. La comodidad del paciente será percibida en su honestidad y forma de expresar sus pensamientos y sentimientos, no tendrá temor a ser juzgado. La distancia emocional y la imparcialidad por parte del terapeuta es principal, el terapeuta es el acompañante en el proceso de cambio y en la obtención de posibles soluciones. Tiene que existir un trabajo activo, conjunto y coordinado, no se trata de cambios inmediatos y no se puede regir solo al momento de consulta. La confianza otorgada por el terapeuta al paciente es fundamental para que exista un trabajo continuo y constante en el tiempo dentro y fuera de consulta, así como lo es la confianza del paciente al terapeuta.
La función del terapeuta NO es la de aconsejar sin fundamento, si no la de acompañar desde la profesionalidad del conocimiento empírico del que dispone. Entender y ver el cambio en la persona.
Afortunadamente, actualmente la idea establecida de ir al psicólogo solo cuando te enfrentas a un conflicto o cuando existe una circunstancia que te genera inestabilidad emocional parece ir desvaneciéndose. Es cada vez mayor el reconocimiento del tratamiento terapéutico, no solo ante situación de conflicto, sino como disciplina fundamental a lo largo de la vida del ser humano. Se trata de disponer de herramientas y estrategias ante circunstancias propias de la vida.
En definitiva, un vínculo seguro y empático con tu terapeuta ayudará al éxito en la obtención de los resultados deseados con el tratamiento terapéutico.
Espero que te haya resultado de interés y poder conversar sobre ello a través de tus comentarios.
Hasta pronto
Mar Rodríguez Álvarez
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