Trastorno Dismórfico: filtros, cirugías y complicaciones en la salud física

Todos/as conocemos a alguien de nuestro entorno que utiliza filtros en las redes sociales, siempre está maquillado/a, que se pasa en el gimnasio o con las cirugías estéticas. Pero, ¿Cómo saber si se trata de un trastorno?

En este artículo, hablaré sobre el Trastorno Dismórfico, las causas, los síntomas y, por supuesto, el tratamiento.

La primera vez que se definió dicho trastorno fue en el 1891 por el italiano Enrico Morselli que acuñó el término “dismorfofobia”, para referirse a la preocupación fuera de lo normal por el propio cuerpo. En aquel entonces, no había tanta presión cultural, ni redes sociales con filtros, ni cirugías estética en masa como tenemos hoy día.

El trastorno dismórfico es algo parecido al TOC: existe una obsesión con algún aspecto del cuerpo que genera una compulsión. Pero es diferente, ya que en el TOC las compulsiones no están relacionadas directamente con las obsesiones.

Por ejemplo, hay un caso real de una paciente que tiene la compulsión de ingerir todos los productos de limpieza que entran en su casa porque está obsesionada con la idea de que si no lo hace, su familia muere. Como podéis observar, son 2 cosas que no tienen conexión.

Por otro lado, una persona con trastorno dismórfico, puede tener la compulsión de hacer mucho deporte (dismorfia muscular) porque está obsesionado/a con la idea de que no es musculoso/a lo suficiente ya que su visión de sí mismo/a está sesgada y sus pensamientos se fijan en este objetivo.

Hoy día, las personas más vulnerables son los jóvenes de clase alta, adolescentes que sufren acoso, personas que conviven con algún familiar que también padece dicho trastorno, personas tímidas, perfeccionistas y ansiosas.

Lo más preocupantes es que dicho trastorno es comórbido, es decir, se da a la vez que otros trastornos o pueden derivar en:

  • Depresión
  • Ansiedad
  • Anorexia
  • Bulimia
  • Vigorexia (+ músculos)
  • TOC
  • Trastorno de la personalidad esquizoide
  • Trastorno de la personalidad narcisista
  • Ideación Suicida (80% de los casos)
  • Intento de Suicidio (25% de los casos)

Existen muchos tipos de Trastorno Dismórfico y el caso más conocido del siglo es el de Michael Jackson. Su trastorno empezó cuando le apareció el vitíligo que es una enfermedad donde las personas van perdiendo el color de la piel. En su caso, como era negro, él quiso acelerar el proceso para no quedar con manchas blancas. Tras ese proceso, empezó con las cirugías estéticas faciales en los labios y en la nariz sustituyendo sus trazos negros de labios voluminosos y nariz más ancha por trazos más finos. En este caso es un trastorno dismórfico corporal y facial y su factor de riesgo fue padecer una enfermedad que merma la autoestima asociado a una cultura que enaltece las personas blancas.

Actualmente, el actor español Miguel Herrán, también se ha pronunciado sobre su trastorno dismórfico muscular, conocido como vigorexia donde la persona tiene una distorsión cognitiva en la que piensa que no tiene músculos suficientes. Eso se puede observar por la influencia de las redes sociales y la presión que se hace en determinadas culturas.

 

Las mujeres, por supuesto, sufren más presión a la hora de adaptarse a las “modas corporales”. Un ejemplo de esto son las Kardashian que han cambiado drásticamente su cuerpo con cirugías estéticas para tener más labios, más curvas, más senos y más glúteos.

 

La hermana de Kylie, Kim Kardashian, tras pasar por innúmeros procedimientos para aparecer más curvilínea, ha adelgazado 7 kilos en 21 días para poder utilizar el vestido de Marilyn Monroe en la gala MET. La OMS recomienda que eliminemos como máximo 2 kilos al mes para adelgazar de manera saludable. Perder 7 kilos en 21 días es peligroso y evidencia la moda de los años 2000 que ha vuelto: la delgadez extrema que muchas veces acompaña la anorexia.

 

Con tanta presión cultural, social o incluso familiar, ¿Cómo tratar la dismorfia y prevenirla?

“Mens sana in corpore sano”

Como hemos visto, las obsesiones por el cuerpo son generadas por pensamientos. Así que, a través de la Terapia Cognitivo-Conductual podemos reestructurar los pensamientos, fomentar las habilidades de afrontamiento de los problemas y recabar datos sobre los aspectos positivos sobre el propio cuerpo.

Acordarse siempre que el diagnóstico y el tratamiento debe de ser realizado exclusivamente por un/a Psicólogo/a Clínico/a o General Sanitario.

Espero que os haya gustado este artículo. Podéis ver más ejemplos en el video del Canal de AEPSIS.

Un saludo.