Adolescencia como periodo constituyente
La adolescencia es considerada como una etapa de individuación para el sujeto, la más compleja después de la acontecida a los dos años, cuando se inicia la diferenciación con otros y el mundo exterior. Durante este periodo la representación del self y del objeto se consolidan y estabilizan, y estos factores de la estructuración psíquica llevarán a la formación del sentido de identidad.
Dilemas en la adolescencia
La adolescencia es una fase caracterizada por encuentros y desencuentros, problemáticas con el amor, la sexualidad o muerte. Durante este periodo el individuo debe pasar del amor infantil por los padres a un amor exogámico, entender el sexo como encuentro apasionado, descubrirse a sí mismo y comprender la muerte como una posibilidad cercana e irreversible.
La adolescencia en la sociedad actual
La realidad sociocultural imperante determina el paso por la adolescencia, en esta etapa se lleva a cabo una búsqueda en la sociedad de unos valores distintos a los paternos y se persiguen estos ideales. Actualmente estamos viviendo una crisis de valores que complica esta transición:
- Desaprobación de la autoridad.
- Normas sociales poco claras.
- Confusión social que dificulta la verbalización de las sensaciones experimentadas.
- Variaciones en las dinámicas familiares y cambios en las funciones paternas.
- Valores que potencian la aparición de creencias omnipotentes y de megalomanía.
- Pérdida de valor de la escuela como lugar de encuentro y transmisión de sabiduría.
Los duelos adolescentes
- Pérdida del cuerpo infantil: Los caracteres sexuales secundarios se evidencian. Aparece la menstruación en niñas y del semen en el varón como muestra de la madurez reproductora.
- Ruptura definitiva de los vínculos infantiles con pérdida del soporte ideal paterno: Se da una situación ambivalente presentada tanto por los hijos al separarse de sus padres, como por éstos últimos al comprobar que sus hijos empiezan a distanciarse. Perder su soporte infantil se torna insoportable cuando estos soportes no fueron fuertemente internalizados.
El adolescente se mueve entre la dependencia infantil y la independencia adulta. Se encuentra perdido por la ausencia de referencias e invadido por el malestar por el desconocimiento de los nuevos problemas vitales. Para que esto sea posible, los padres deben de abandonar su antigua posición y ser sustituidos, perdiendo la omnipotencia que anteriormente poseían. El adulto debe crear un espacio que conforte al adolescente y favorezca su independencia.
Algunos individuos no llevan bien cambios que implica la adolescencia y experimentan esta fase con dolor y una marcada tendencia a la desconexión. Las representaciones se vuelven dolorosas e inconexas, se vacían de los pensamientos y emociones propias y eliminan sus recuerdos como un intento de distanciarse del proceso que están experimentando.
El cuerpo y la sexualidad
El propio cuerpo se presenta como algo extraño e inquietante. Su imagen corporal no es la misma que la elaborada en el periodo de la infancia, así que llevan a cabo intentos para poder recuperar el control aproximando su cuerpo al ideal de belleza establecido para restablecer su autoestima.
Todo aquello relacionado con la sexualidad se convierte en un asunto que provoca curiosidad y atracción, aunque también conlleva miedos por el desconocimiento y carencia. Se desarrolla en un marco concreto, caracterizado por dos factores: la corporalidad propia y la relación con otros, utilizando la imagen corporal como un medio de aproximación a otros individuos. Asimismo, en esta etapa se transita de un placer preliminar causado por la estimulación de zonas erógenas, a una función relacionada con la satisfacción de la actividad sexual y una finalidad reproductora.
La conciencia de la mortalidad
Durante esta fase vital aparece la idea del fin de vida como algo irreversible y definitivo. Se acepta el concepto de muerte, acompañada de sentimientos dolorosos como sufrimiento o tristeza. El paso del tiempo, que en la infancia se vive como lento e ilimitado, trascurre aceleradamente.
La crisis narcisista
Se cuestiona a los padres o cuidadores principales, que eran figuras de referencia en la infancia. Surge una tendencia al aislamiento y padecen sentimientos de soledad, porque la representación que tienen sobre sí mismo se tambalea y ya no le sirve solo con la aprobación de sus padres. Se da un alejamiento del núcleo familiar para afrontar sus deseos e ir creando una historia personal.
En la adolescencia el individuo se enfrenta al dilema de depender de los otros mientras, al mismo tiempo, persigue diferenciarse de ellos. Habitualmente, se experimenta la pérdida de uno mismo para preservar el encuentro con otros. Esto ocurre porque se trata de un periodo caracterizado por la resignificación donde el apoyo externo se vuelve fundamental.
Los proyectos
El miedo por el futuro puede conducir al adolescente en una situación de dependencia de difícil escapatoria. Además, puede que no posean unos propósitos claros porque aún están formando sus ideales. Interpretan el futuro como un escenario lleno de riesgos, en consecuencia, intentan refugiarse en el momento presente. La idea de no tener futuro o que este sea espantoso produce una inundación de afectos negativos. Por tanto, debemos entender los planes o propósitos que tengan como una muestra de independencia y ánimo e intención de prosperar y avanzar.
Intervención clínica con adolescentes
Como terapeuta, es clave que construyas un espacio que permita la apertura de interrogantes, además de sostener y acompañar al paciente en sus angustias. Debes tener presente que, frente al inicio de la adolescencia, existen diversas reacciones posibles y debes ayudar al adolescente a encontrar la más adecuada para él. Para ello, debes acompañarlo en sus tareas, una estrategia a utilizar en la consulta puede ser que se piensen a sí mismos dentro de su propia historia y tengan que encontrar posibles salidas a sus proyectos vitales particulares.
De la crisis existencial a la psicopatología
Al trabajar con adolescentes debes, además de ayudarles a superar la crisis existencial particular de esta etapa, tener en cuenta la posible aparición de psicopatologías características del periodo.
Cada vez es más común que esta población realice conductas autolesivas o suicidas si no poseen los recursos necesarios para gestionar su angustia. Realizan estos comportamientos como alivio ante el malestar, un intento de superar una situación de impotencia y controlar lo incontrolable.
También es posible que inicie durante esta etapa un trastorno de la conducta alimentaria. Se mantiene una lucha constante con el cuerpo, percibido como un elemento extraño que se debe controlar o al que se tiene que castigar por su imperfección. Puede darse una negativa a comer como intento de mantener el cuerpo infantil o de ejercer control sobre este, en el caso de la anorexia. O bien interpretarse como un intento de llenar el “vacío” experimentado en casos de bulimia o trastorno por atracones.
Laura NR – Graduada en psicología