EL PAPEL DE LA PSICOLOGÍA FORENSE EN CASOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Antes de profundizar en el papel que tiene la psicología forense en los casos de violencia de género, es necesario conocer cuáles son las competencias de esta rama de la psicología.
¿Qué es la Psicología Forense?
La psicología forense es la ciencia que enseña la aplicación de todas las ramas y conocimientos de la psicología para dar respuesta a las preguntas de la Justicia.
Coopera con la Administración de Justicia, actúa en el tribunal y mejora el ejercicio del derecho.
Cualquier persona que sea víctima de un delito va a presentar lesiones físicas, pero también van a presentar lesiones psicológicas que son más difíciles de identificar.
En los casos de violencia de género, como el delito se comete en el ámbito privado (generalmente en el hogar), no hay testigos. Por ello, el único testimonio del que se dispone es el de la víctima que ha sufrido esos malos tratos.
Muchas veces, este testimonio es insuficiente, ya que se debe acompañar de un informe médico/forense que verifique la existencia de daños físicos o psicológicos.
Es aquí cuando entra en juego el papel del psicólogo forense, que será el encargado de valorar la credibilidad del testimonio, medir el daño psicológico derivado de los malos tratos y determinar el tipo de violencia que ha sufrido a través de un informe pericial.
Sin embargo, un punto importante que dificulta que el testimonio se pueda considerar una prueba válida compatible con lo que la ley dice que es la violencia de género, es que la víctima debe ser diagnosticada con un trastorno de estrés postraumático.
Trastorno de estrés postraumático:
- Activación psicofisiológica.
- Reexperimentar los hechos traumáticos.
- Evitar estímulos asociados al estresor.
Impedimentos en la psicología forense para el diagnóstico:
- Elevada comorbilidad.
- Los síntomas son muy heterogéneos.
- Falta de colaboración con el perito debido al estado emocional de la víctima.
- Riesgo de prestar demasiada atención a la sintomatología clínica.
- Las secuelas psicológicas solo se presentan si la víctima ha vivido los hechos como traumáticos.
Con todo esto, y teniendo en cuenta que muchas víctimas no reconocen el maltrato, el daño psíquico depende de la respuesta de la víctima, no del hecho en sí.
El tratamiento que da el sistema jurídico al trastorno de estrés postraumático puede considerarse una contradicción legal, ya que el hecho de la víctima no presente este trastorno no implica que el maltrato no haya ocurrido.
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