Depresión: Terapia psicológica frente al Tratamiento farmacológico
Para dar comienzo a mi blog, me gustaría hablar de la depresión y de la efectividad de la terapia psicológica en comparación con el uso de psicofármacos.
Seguramente hayas usado el término “depresión” en tu día a día para hacer referencia a que tu estado de ánimo es algo más bajo de lo normal. En la vida cotidiana se usa muy banalmente como sinónimo de tristeza, o como una manera de definir ciertos ambientes que no son de nuestro agrado (“este sitio es deprimente”).
Cuando en psicología hablamos de depresión nos referimos a un síndrome que tiene efectos a nivel afectivo (desánimo, humor bajo, tristeza). A nivel cognitivo (pensamientos negativos, baja autoestima, desesperanza y culpa). Y a nivel conductual (retirada de la actividad social, desgana, alteración del apetito y del sueño).
España es de los países con más casos de depresión en Europa, y somos líderes en el uso de medicamentos para tratarlo. Tras la pandemia, ha aumentado el número de recetas de antidepresivos y somníferos, así como el consumo del alcohol y el cannabis. Seguramente tú mismo en algún momento de tu vida hayas recurrido a algún medicamento para encontrarte mejor. La realidad es que seguimos anclados en un modelo médico que invierte en fármacos, no toleramos el estar mal y queremos aliviar el sufrimiento por la vía rápida.
Si a ti te dicen que un medicamento te cuesta 3 euros la caja y la terapia 60 euros la sesión, ¿con cuál te quedas? La caja de medicamentos tiene muchas papeletas para ser escogida, pero lo que muestran los estudios es que la terapia es más barata a largo plazo que los fármacos, por no hablar de su efectividad.
Si hablamos de la función de los fármacos es simplemente ayudarte a aliviar el malestar momentáneo, pero no ahondan en el problema. Es decir, tratan el problema de una manera muy superficial, con el único fin de retirar el síntoma. Pero tú mismo sabes que eso solo consigue que el malestar vuelva a resurgir al poco tiempo. La terapia es un proceso más largo, en el que tú mismo tienes que enfrentarte a cosas que te remueven y son difíciles para ti. Pero, a diferencia de los fármacos, la terapia sí ahonda en el problema, y analiza detalladamente ante qué situaciones aparece.
Como conclusión, me gustaría señalar que los psicólogos también tenemos que ser educadores en salud, es también nuestra función enseñar que la salud mental no es tan sencilla como acabar con el problema de inmediato.
Leire,
Estudiante de Psicología.
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