¡Estás etiquetado!

¿Son las etiquetas diagnósticas buenas para nuestra salud mental?

Vivimos en un mundo en el que se ha normalizado el uso de etiquetas diagnósticas, lo que conlleva ciertos peligros.

Es importante que conozcas que, cuando los profesionales de la psicología o la psiquiatría hacemos un diagnóstico, no estamos haciendo más que poner un nombre a la sintomatología que sufre la persona y que permite clasificarla como paciente de un problema concreto.

Las etiquetas diagnósticas surgieron para facilitar la comunicación entre profesionales de la salud mental, pero, a través de éstas, no se pueden conocer las causas de un comportamiento, ni el contexto en el que se pone de manifiesto.

Debes ser consciente de que los problemas que aparecen cuando se sufre una etiqueta diagnóstica, bien por el sesgo social que puede provocar a las personas, "no juegues con Lidia, que tiene hiperactividad", bien por la incorporación a la identidad del/a paciente de la psicopatología diagnosticada, dejando de lado las otras partes de la personalidad y habilidades de la persona “Lidia, la hiperactiva”, cuando en realidad Lidia es mucho más que eso: es inteligente, comprensiva, deportista, etc.

Las etiquetas diagnósticas pueden limitar el desarrollo del potencial de la persona diciéndole qué es y no lo que puede llegar a ser y es muy importante que lo tengas en cuenta a la hora de dirigirte a cualquier persona.

Para concluir este blog me gustaría destacar el hecho de que los profesionales de la salud debemos formar parte de la solución y no del problema, es decir, lo importante es mejorar el estado emocional y la calidad de vida de las personas, atacar directamente los síntomas que dificultan el correcto desarrollo de la vida diaria .

En resumen, no deben verse las dificultades como grandes problemas sino como pequeñas piedras que aparecen en el camino que, con esfuerzo y ayuda, acaban sorteándose.

https://www.instagram.com/writing_psychology_/