¿Por qué hay personas que saltan de una relación a otra?
¿Eres de los que piensan que un clavo saca a otro clavo? ¿Conoces las llamadas “relaciones liana”?
Una relación liana es aquella en la que la persona deja su relación anterior para iniciar inmediatamente una nueva relación. Este patrón es algo que va repitiéndose de manera continuada en la forma en la que esta persona construye sus relaciones.
En este sentido, aquellas personas que encadenan relaciones no cuentan con un tiempo de duelo y de conexión consigo mismas que les permita cerrar la etapa anterior y sanar. Por ello, muchas personas involucradas en este tipo de relaciones tienen dificultades para sentir emociones como la tristeza, soledad, vacío, etc. Éstas son necesarias para procesar lo ocurrido, aceptarlo y recomponerse tras la ruptura, antes de iniciar una nueva relación.
En algunos casos, la persona se “engancha” a los sentimientos y emociones propias de la primera fase del amor, el enamoramiento. Por ello, una vez que esta pasa y comienza a sentir emociones no tan agradables, además de comenzar los ajustes entre ambos miembros de la pareja, decide dejar la relación e iniciar una nueva que le permita experimentar estas sensaciones de nuevo.
Algunas de las razones por las que las personas caemos en este tipo de relaciones son las siguientes:
- El miedo a la soledad y la necesidad de afecto constante.
- El miedo a ser “abandonados”.
- Las creencias que poseemos sobre los mitos del amor romántico, que nos llevan a idealizar el amor.
- La baja tolerancia al dolor, frustración y a emociones desagradables.
- El hecho de presentar un tipo de apego ansioso.
En ocasiones, las relaciones lianas se mantienen porque protegen a la persona de sentir y tener que aprender a gestionar el vacío que provoca su ruptura anterior.
Tras leer esto puede que te preguntes lo siguiente: “pero entonces, ¿estas relaciones funcionan o no?”
La respuesta es sencilla: a largo plazo, no.
¿Por qué pasa esto? Pues, como ya te hemos comentado antes, una ruptura de pareja al final no es nada más y nada menos que una pérdida, y como tal, requiere de un período de duelo. Alguien que deja una relación necesita un tiempo para asumir la ruptura y reorganizar su vida: aclarar pensamientos, permitirse sentir las emociones, recolocar sus creencias y valores acerca de las relaciones. Sin embargo, si nos autoengañamos y enmascaramos el dolor con un nuevo amor, nuestra nueva relación comenzará con fisuras que, a pesar de que intentemos tapar, terminarán por aparecer tarde o temprano.
Con todo esto, podemos concluir que reemplazar a la expareja con un nuevo amor, a la larga, va a terminar perjudicándonos si antes no hemos tenido un periodo para pensar y procesar lo que sentimos y necesitamos
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